La rizartrosis es la artrosis que se produce en la articulación del pulgar con la muñeca. Esta articulación es la formada entre el primer metacarpiano y un hueso del carpo llamado trapecio.
Clínica
Cuando se produce un desgaste del cartílago de esta articulación aparece la artrosis, y un cuadro clínico que se caracteriza por dolor en la unión del pulgar con la muñeca que se intensifica al hacer pinza con el pulgar. La intensidad del dolor depende de la gravedad de cada caso, produciéndose en los casos más avanzados imposibilidad para abrir el dedo por completo así como deformidad en la base de mismo. En los casos más avanzados puede desarrollarse una rigidez de la articulación y posteriormente una deformidad en extensión del pulgar.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la historia clínica y en la exploración, siendo suficiente con la realización de una radiografía para determinar el grado de severidad.
Tratamiento
El tratamiento va a depender del grado de afectación.
- Casos leves y moderados puede ser suficiente el uso de analgésicos, antiinflamatorios, terapia física y el uso a demanda (en función de la intensidad del dolor en cada momento) de férulas que inmovilizan pulgar y muñeca.
- En los casos más graves y aquellos que no respondan a tratamiento conservador será necesario intervenir quirúrgicamente para conseguir la remisión de la sintomatología, pudiéndose llevar a cabo distintas técnicas cuyo objetivo es la desaparición del dolor conservando la movilidad del pulgar.
- Artroplastia de resección.- Es la que se realiza con más frecuencia. Consiste en la resección o extracción del trapecio y la reconstrucción de la articulación con un tendón que se saca del antebrazo.
- Prótesis trapecio-metacarpiana.- Consiste en la sustitución de la articulación por una prótesis (que es similar a una prótesis de cadera).
- Artrodesis.- Es la fijación de la articulación.
- Artroplastia artroscópica.- Resección parcial de la articulación mediante artroscopia. Queda reservado para los casos moderados en aquellas situaciones en las que el tratamiento conservador no da resultado.
Después de la cirugía es necesario llevar una inmovilización durante un periodo de 3 semanas, pudiendo realizarse vida normal al cabo de unos 2-3 meses, dependiendo de cada caso.