El menisco es una estructura cartilaginosa que está dispuesta en la articulación de la rodilla entre el fémur y la tibia y que tiene dos funciones:

  • Servir para aumentar la congruencia articular entre dos superficies que no son iguales
  • Ejercer de efecto amortiguador de las cargas que se transmiten a través de la rodilla.

La lesión meniscal es una de las lesiones más comunes de la rodilla y se produce por un mecanismo de giro en la rodilla de apoyo teniendo el pie fijo, pudiendo venir asociada a lesión de otras estructuras como el ligamento cruzado anterior, ligamento lateral interno o lesión a nivel del cartílago.

Existen dos meniscos, el externo y el interno, que tienen distinta forma, siendo más frecuente la lesión a nivel del interno.

Clínica

Roturas agudas.- Son aquellas roturas a raíz de un giro de la rodilla teniendo el pie fijo. Suele producirse en pacientes jóvenes.

    • Sensación de chasquido en el momento de la lesión.
    • Dolor acompañado de dificultad para la marcha.
    • Limitación de la movilidad, no pudiendo hacer flexo-extensión completa.
    • Inflamación de la rodilla.
    • Episodios de bloqueo.

Roturas degenerativas.- No siempre tienen un mecanismo inicial de lesión, dándose con mayor frecuencia en paciente de edad media o avanzada. 

    • Dolor de menos intensidad que no siempre impide marcha normal.
    • No suele haber inflamación de la rodilla.
    • Puede haber episodios de bloqueo.
    • La movilidad suele estar conservada.

Diagnóstico

Va a estar basado en la clínica que el paciente relata junto con maniobras de exploración que el especialista realiza, con lo cual se puede tener sospecha diagnóstica.

    • Radiografía.- No sirve para diagnosticar una lesión meniscal, pero nos sirve para descartar lesiones a nivel de los huesos.
    • Resonancia.- Prueba con las que confirmaremos la existencia de la lesión meniscal.

Tratamiento

Tratamiento conservador.- Va a estar indicado en las lesiones de tipo degenerativo, sobre todo si estás asociadas a artrosis de rodilla.

    • Reincorporación a la actividad normal en función de la evolución de las molestias.
    • Frio local.- Como medida antiinflamatoria en los casos en los que haya proceso inflamatorio asociado.
    • Medicación analgésica y antiinflamatoria.- Para control del cuadro doloroso.
    • Rehabilitación.- Para recuperación funcional y fortalecimiento muscular.

Tratamiento quirúrgico.- Indicado en aquellos casos de roturas agudas en paciente jóvenes así como en los casos de roturas degenerativas en las que el tratamiento conservador no ha sido efectivo, en aquellos casos en los que no haya trastornos degenerativos asociados.

    • Artroscopia: consiste en una cirugía que se hace a través de pequeñas incisiones a través de las cuales se introduce un sistema de óptica que nos permite visualizar la articulación y el instrumental necesario para la cirugía.
    • Reparación meniscal.- En aquellos casos en los que se pueda reparar la rotura. Permite conservar el menisco, con las ventajas de prevenir desgaste a nivel de la rodilla que se produce cuando se quita el menisco.
    • Resección meniscal.- En aquellos casos en los que no se puede suturar el menisco se recorta el trozo de menisco que está roto.
    • Trasplante meniscal.– En los casos en los que es necesario quitar el menisco casi en su totalidad es posible la realización de un trasplante meniscal de un donante.