La osteocondritis disecante de rodilla es un trastorno que afecta a un segmento de cartílago y el hueso que hay debajo del mismo (hueso subcondral) separándose parcial o totalmente de la superficie articular. Se va a producir con más frecuencia en niños y adolescente entre 5 y 15 años. Es importante determinar si la lesión es o no estable, mediante una resonancia, ya que esto va a determinar el tipo de tratamiento a realizar.

 

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Origen

Se va a producir como consecuencia de una falta de flujo sanguíneo a nivel del hueso subcondral, aunque en ocasiones puede tener un origen traumático. Su localización más frecuente es a nivel de la rodilla, donde se va a encontrar en cóndilo femoral interno en un 85% de los casos. Otras localizaciones pueden ser codo y tobillo, pudiendo aparecer en otras articulaciones con menos frecuencia.

Clínica

  • Dolor.- Va a ser el síntoma más frecuente y va a estar en relación con el grado de actividad física.
  • Limitación de la movilidad.- Va a estar ocasionado por el dolor, viniendo asociado a limitación funcional de la articulación afectada y debilidad.
  • Chasquidos articulares.- Se va a producir en aquellos casos en los que se produzca desprendimiento del fragmento osteocondral.

Diagnóstico

Suelen ser pacientes jóvenes que consultan pro la clínica ya comentada, que en la exploración suelen tener limitación dolorosa de la movilidad con aumento de la sensibilidad a nivel de la zona de la lesión, pudiendo en ocasiones localizarse el fragmento desprendido (ratón articular).

El diagnóstico queda confirmado mediante las pruebas de imagen.-

  • Radiografía.- Pueden verse alteraciones del contorno articular.
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  • Resonancia.- Ayuda a diagnóstico definitivo, pudiendo ayudarnos a establecer la extensión de la osteocondritis, así como determinar si el fragmento es estable o está desprendido o la existencia de ratones articulares.

Tratamiento

  • Tratamiento conservador.- Va a estar indicado en los pacientes que tengan osteocondritis estables en las que la sintomatología sea más leve. Es necesario realizar descarga de la articulación, disminución de la actividad física (sobre todo deportes de impacto), así como sesiones de fisioterapia para recuperar movilidad articular y fortalecimiento muscular.

 

  • Cirugía.- Se indica en los pacientes en los que el fragmento se desprende, casos en los que la clínica persisten una vez acabado el crecimiento, o en aquellos casos en los que el tratamiento conservador no funciona. Se llevan a cabo mediante cirugía artroscópica.

      1. Microfracturas.- Para los casos de lesiones de pequeño tamaño (<1 cm).
      2. Injertos osteocondrales (mosaicoplastia).- Consiste en injertos de hueso y cartílago obtenidos del mismo paciente que se implantan en la zona del defecto. Indicado en lesión es de más de 1 cm.

3. Tratamiento con membranas líquidas tipo Chitosan.- Se realiza un relleno del defecto mediante una membrana líquida creada con sangre del paciente y el chitosan (bi copolímero de glucosamina y N-acetilglucosamina)

4. Trasplante de condrocitos.- Utilizado para lesiones de mayor tamaño en las que los tratamientos anteriores no han sido efectivos.